Hoy salí a marchar.
Mi País, si, mio, de crianza, de educación, aunque no de nacimiento, está hirviendo.
Hierve lento y desigual.
Mientras yo lo siento, pasional.
Otros lo abandonan a su suerte
Entregándonos a la muerte
Sin parpadear.
En mi piel llevo paz
y trato, trato de ser capaz,
de no violentar la mente
con la apatía de la gente
Se ve el raro encanto
de lagrimas que llegan a tanto
Hay piedras, palos, bates
hay calles bañadas de tomate
Queman cauchos e intimidan
Claman, roban vidas.
El asfalto bajo mi tacto
Me siento, me aburro, me admiro
Impido el paso y refunfuño
Grito, rebato y vuelvo a mi terruño.
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